Especial Carabineros

“El hombre es la fuerza, pero la mujer la fortaleza”

La Suboficial Paola Salas es una de las pocas mujeres a cargo de una unidad de Carabineros. Desde el Retén Gualleco, en la Región del Maule, cuenta cómo es la vida de la mujer dentro de la Institución y como compatibiliza su labor policial con su rol de madre. “Hoy no existe ningún puesto que le cierre las puertas a las uniformadas dentro de la policía”, dice.

A estas alturas de la vida, ya no es ninguna novedad la presencia de la mujer en todos los ámbitos de la vida, por lo que una carabinera no sorprende. Sin embargo que ella esté a cargo de una unidad policial es –por lo menos– llamativo. Eso ocurre con la Suboficial Paola Salas Rojas en la localidad de Gualleco, en la comuna de Curepto.

El género hace muchos años que no importa en la Institución, no hay desigualdades en los escalafones ni en los sueldos. Las capacidades van a depender de la persona y no del sexo. Siempre lo he dicho: el hombre es la fuerza, pero la mujer es la fortaleza”, explica la Suboficial Salas Rojas, desde la Región del Maule.

La Suboficial Paola Salas es una de las pocas mujeres a cargo de una unidad de Carabineros.

Fue en 1998 cuando Carabineros ascendió por primera vez en su historia a una mujer al rango de General, demostrando de esta forma las destrezas, capacidades y talentos. Ya sea como motociclistas (Tortugas Ninjas), manejadoras de drones, mecánicos de helicóptero o rescatistas del GOPE, las uniformadas manifiestan sus conocimientos para ir en ayuda de la ciudadanía.

Institución, familia y labor de madre.

La Suboficial Salas está casada y tiene dos hijos, sin embargo su casa está a una buena distancia de su trabajo, por lo que se debe levantar muy temprano y llegar cuando ya está oscuro a su hogar y están todos acostados.

“Mi esposo entiende lo que es mi labor. Me levanto a las 5 de la madrugada para estar a la hora en la unidad, es casi 1 hora y media de viaje, y muchas veces hay tráfico por los camiones. El turno es hasta las 20 horas, aunque al estar a cargo de la unidad hay que estar pendiente 24/7 en caso de alguna emergencia. La vocación acá se va formando con el paso de los años, las cosas una las hace de corazón”, explica la uniformada.

“Para quienes decidimos formar familia y tener hijos, en Carabineros existe una red de apoyo, salas cunas al igual que en el mundo privado, se respeta la Ley del post y prenatal, no es un impedimento para desarrollarse profesionalmente. Tengo un hijo de 17 y una hija de 22 años, es difícil llegar a casa y cumplir el rol de madre y esposa también, pero no imposible. Siempre hay apoyo de la familia, en mi caso mi suegra fue un gran apoyo”, puntualiza la jefa del Retén Gualleco.

Nuevo trabajo.

La Suboficial llegó hace menos de 2 meses a la zona para hacerse cargo del Retén en Gualleco, una localidad maravillosa como la define. “Es un trabajo donde se requiere mucha permanencia y responsabilidad. En la zona más urbana habitan unas 600 personas, pero en la parte rural hay varios kilómetros de distancia, llegando a las casas más apartadas demostramos que existe una cercanía con la ciudadanía, un servicio social donde tenemos mucha empatía”, agrega la ‘Jefa’, como le dicen los habitantes.

“Las principales faltas o delitos menores que ocurren acá son personas que no usaban mascarilla o no tenían distanciamiento social, aunque conversando con las personas entendieron la importancia para superar el Coronavirus. También la gente anda mucho en bicicleta sin chaleco reflectante, casco o luces de noche, pero de a poco vamos mejorando y educando a las personas”, finaliza la policía, que deja todo listo en la unidad para, tras una ardua labor, volver con su familia.

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