Especial Carabineros

La Olla Solidaria que le da la pelea al COVID

Con la llegada del virus en marzo, la institución policial ha salido a las poblaciones y campamentos a entregar alimentos y organizar las denominadas comidas comunitarias. A través del Modelo de Integración Carabineros Comunidad (MICC) los uniformados se han acercado aún más con la ciudadanía.

La solidaridad siempre ha identificado a los chilenos, destacando a nivel mundial cuando nos sacude algún desastre natural, un crudo invierno o la mismísima Teletón. La pandemia que nos ha afectado como país también ha sacado lo mejor de nosotros, dando una mano a quien lo está pasando mal.

Carabineros hizo eco de ello conformando las denominadas “Ollas Solidarias”, ayudando con un plato de comida caliente a la gente que no ha podido llegar con el sustento a la casa por culpa del mortal virus, además de entregar un grato y alegre momento a miles de personas.

“La solidaridad es uno de los valores que siempre ha entregado la Institución. Como dice nuestro himno: somos del débil el protector, y eso queremos mostrar día a día. La llegada de la pandemia del Coronavirus ha dejado entrever una dura realidad que pocos conocen, pero que nosotros vemos a diario. Personas con necesidades básicas, sobretodo quienes viven en campamentos y que nosotros conocemos”, contó el Suboficial Mayor (SOM) Fernando Silva León, de la 25° Comisaría de Maipú.

Muchos chilenos no han podido salir de sus casas a trabajar, por lo que poner comida sobre la mesa se hace cada vez más difícil. Son cientos de ollas comunes a lo largo del país, y cuyos aportes vienen de privados, los municipios o de los mismos pobladores, logrando esta misión. Sin embargo en muchas de estas cocinas improvisadas, la mercadería no llega o no alcanza para dar atención a todos quienes lo necesitan.

“Reunimos alimentos básicos que salen entre nosotros mismos (los funcionarios), o que nos entregan algunos negocios. Como ya tenemos identificados los lugares donde se realizan, llegamos ahí y les entregamos la mercadería que les falta. No participamos en la preparación de las raciones, pero sí ayudamos en caso que se requiera, por ejemplo, en la entrega de los platos, sobre todo entre las personas con movilidad reducida o la tercera edad”, agrega el Suboficial Silva.

Integración con la comunidad.

Fue a través del Modelo de Integración Carabineros Comunidad (MICC) que este tipo de ayuda se hizo de manera formal, disponiendo de personal y herramientas para una mejor tarea. Habitualmente se realizaba este trabajo solo para gente en situación de calle, sin embargo ahora hay ciudadanos necesitados, pese a que viven dentro de un hogar.

“Vemos situaciones que sobrecogen. Llevo 29 años en Carabineros y he visto realidades que solo se ven en televisión, pero que nosotros conocemos en persona. Es un trabajo muchas veces anónimo, pero siempre estaremos ahí. No solo hemos llevado alimentos, también ropa de abrigo, útiles de aseo e incluso libros para los niños. Uno llega a casa pensando en cómo poder ayudar más a la gente, y en mi caso busco siempre recolectar más cosas, se puede ver como un aporte pequeño, pero la gente siempre lo agradece”, comenta el SOM Silva.

El uniformado usa su tiempo libre para conocer la realidad de cientos de familias y escucharlos, principalmente en los campamentos Japón y el Fé y Esperanza.

“Mi primera olla solidaria fue el 3 de julio y atendimos a más de 400 personas, desde ese día esto se ha convertido en un compromiso con la gente que organiza y lidera estas tareas. Al principio nos miraban raro por estar ahí, pero después conversando fuimos ganando confianza, nos aprendimos los nombres y escuchamos sus problemas. Es una linda labor social que valoramos mucho”, finaliza el Suboficial Mayor.

Volver